
Six Sigma es una metodología de mejora continua, basada en estadística y datos, para eliminar defectos en un producto, proceso o servicio.
Six Sigma proporciona a las organizaciones herramientas para mejorar la capacidad de sus procesos. Esta mejora se refleja en:
- aumento del rendimiento,
- disminución en la variación de los procesos,
- reducción de defectos,
- mejora en las ganancias, la moral de los empleados y la calidad de los productos o servicios.
Un dato interesante de los beneficios de la implementación de esta metodología en una organización es que General Electric reportó en 1997 que la implementación de Six Sigma en sus procesos representó más de 300 millones de dólares en ingresos.
Entonces, ¿Qué es Six Sigma?
Desarrollada por Motorola en la década de 1980, el nombre de esta metodología se basa en el símbolo griego «sigma» o «σ», un término estadístico para medir la desviación del proceso de la media o el objetivo del proceso.
«Six Sigma» proviene de la curva de campana utilizada en estadística, donde un Sigma simboliza una desviación estándar única de la media. Si el proceso tiene seis Sigmas, tres por encima y tres por debajo de la media, el porcentaje de defectos se clasifica como «extremadamente bajo».
Si un defecto se define por límites de especificación que separan los buenos resultados de los malos de un proceso, entonces un proceso Six Sigma tiene una media de seis desviaciones estándar del límite de especificación más cercano. Esto proporciona suficiente amortiguación entre la variación natural del proceso y los límites de especificación.
Principios
Esta metodología tiene sus fundamentos en cinco principios clave:
Enfoque en el cliente
El objetivo principal de esta metodología es brindar el máximo beneficio al cliente. Antes de comenzar a realizar cambios drásticos o incluso menores, una empresa necesita comprender a sus clientes, sus necesidades y qué impulsa las ventas o la lealtad.
Esto requiere establecer un estándar de calidad definido por lo que demanda el cliente o el mercado.
Así, cada decisión que tome la empresa debería acercarle a ofrecer el máximo valor al cliente.
Mapeo de los flujos de valor
Antes de que puedas mejorar tus procesos, debes conocer todos los pasos. Incluso si ya documentas tus flujos de trabajo, es importante examinar cómo haces las cosas para determinar qué pasos agregan valor y cuáles no (y, por lo tanto, pueden eliminarse del proceso).
Necesitas ver el estado actual del proceso antes de poder avanzar y realizar mejoras. La identificación del flujo de valor es indiscutiblemente lo que hace que los principios de Six Sigma sean tan efectivos. Así es como las empresas visualizan todos los pasos de un proceso determinado y destacan las áreas de desperdicio.
Reducción de desperdicios
Una vez que se identifica el problema, realiza cambios en el proceso para eliminar la variación, eliminando así los defectos. Elimina las actividades del proceso que no agregan valor al cliente. Si el flujo de valor no revela dónde radica el problema, se utilizan herramientas para ayudar a descubrir los valores atípicos y las áreas problemáticas.
Optimiza las funciones para lograr el control de calidad y la eficiencia. Al final, al eliminar los desperdicios, se eliminan los cuellos de botella en el proceso.
Involucra a las personas
Involucrar a todas las partes interesadas. Adoptar un proceso estructurado donde tu equipo contribuya y colabore con su experiencia para la resolución de problemas.
Los procesos Six Sigma pueden tener un gran impacto en una organización, por lo que el equipo debe dominar los principios y metodologías utilizados. Por lo tanto, se requiere capacitación y conocimientos especializados para reducir el riesgo de fallas en el proyecto o rediseñar y garantizar que el proceso funcione de manera óptima.
Garantizar un ecosistema flexible y receptivo
La esencia de Six Sigma es la transformación y el cambio empresarial. Cuando se elimina un proceso defectuoso o ineficiente, se requiere un cambio en la práctica laboral y el enfoque de los empleados.
Una cultura sólida de flexibilidad y capacidad de respuesta a los cambios puede garantizar una mejor implementación del proyecto.
Las personas y los departamentos involucrados deben poder adaptarse a los cambios con facilidad, por lo que para facilitar esto, los procesos deben diseñarse para una adopción rápida y sin problemas.
Certificaciones
Los proyectos de implementación Six Sigma pueden traer muchos beneficios, incluyendo una mayor eficiencia organizacional, una mayor satisfacción del cliente, costos reducidos, mayores ingresos y más.
Las certificaciones más reconocidas para la implementación de la metodología Six Sigma son las de la ASQ (Asociación Americana para la Calidad), y son:
Certified Six Sigma Black Belt (CSSBB)
El Certified Six Sigma Black Belt es un profesional que puede explicar las filosofías y los principios de Six Sigma, incluidos los sistemas y herramientas de apoyo.
Debe demostrar liderazgo de equipo, comprender la dinámica del equipo y asignar roles y responsabilidades a los miembros del equipo.
Certified Six Sigma Green Belt (CSSGB)
El Certified Six Sigma Green Belt opera en apoyo o bajo la supervisión de un Certified Six Sigma Black Belt, analiza y resuelve problemas de calidad y participa en proyectos de mejora de la calidad. Un Green Belt es alguien con al menos tres años de experiencia laboral que quiere demostrar su conocimiento de las herramientas y procesos Six Sigma.
Certified Six Sigma Yellow Belt (CSSYB)
El Certified Six Sigma Yellow Belt está dirigido a aquellos nuevos en el mundo de esta metodología y que tienen un pequeño rol, interés o necesidad de desarrollar conocimientos fundamentales.
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